Hasta no hace mucho, las mascotas eran alimentadas con los restos de la comida de sus propietarios o de lo que estos animales cazaban en la naturaleza. Pero en 1860 un electricista norteamericano empezó a comercializar la primera “galleta” para perros, ideada cuando observó que estos se comían los restos de las galletas de trigo con la que se alimentaban los marineros en las largas travesías en barco.
No fue hasta 1930 cuando la compañía Gaines Food Company introdujo el primer pienso seco de carne para perros, comercializado como “nutrición 100% equilibrado y completo”, donde pronto le siguieron otras marcas. Un negocio rentable hecho a partir de subproductos no utilizables y creando una fuente más de ingresos para estas compañías. Por aquel entonces, ya se debatía sobre los ingredientes que estos incorporaban, ya que se conocía que los fabricantes introducían residuos de cereales y carnes que no eran aptas para el consumo humano. Pero durante la época de la gran depresión, fueron muchos los consumidores que se sumaron a la comodidad de alimentar a sus mascotas con pienso, además de ser más rápido que ponerse a cocinar, era mucho más barato y tenía una larga durabilidad.
Cómo se “cocina” el pienso seco
En 1956 se introduce la técnica de la extrusión en la producción de pienso seco. Este proceso de “cocinado” consiste en machacar (llegando a convertir en polvo) todos los ingredientes con el objetivo de lograr una textura uniforme. Este sistema de mezclado hace que la fricción causada por la presión aplicada, aumente la temperatura del alimento por encima de los 100º C.
La masa resultante, que ha perdido toda la humedad original del ingrediente, se corta al tamaño deseado y se somete a un proceso de secado antes de ser recubierto con grasas u otros preparados que potencian el sabor del alimento. Por último, se seca a 110º para eliminar la humedad y poder almacenarlo sin que proliferen hongos, bacterias, ácaros, etc.
Actualmente, este método es el más utilizado en la fabricación de alimento seco para mascotas. Aunque hoy en día hay mucha variedad de marcas y productos en el mercado para poder elegir el alimento adecuado según la edad de tu animal, su actividad física, si tiene alguna enfermad o alergia y tu nivel económico.
Ventajas del pienso seco:
- Aportan una mayor cantidad de energía y nutrientes por kilo de alimento (son más concentrados).
- Son más fáciles de conservar.
- Son más baratos que los alimentos naturales que comemos nosotros.
- Son más cómodos de usar (abres la bolsa y viertes, no tienes que cocinar).
Desventajas:
- Es un alimento ultraprocesado sí o sí, independientemente de que tenga los mejores ingredientes.
- Nula humedad. Al someter los ingredientes varias veces a temperaturas superiores a 100º, se elimina completamente el agua original aportada por estos. De hecho, por Ley y para que no proliferen microorganismos dañinos como hongos y bacterias, un pienso seco no puede tener más del 12 % de humedad, cuando un alimento natural su contenido en agua oscila entre un 60 % y un 90 %. Por eso es muy importante vigilar la hidratación de nuestra mascota y complementarla con alimento húmedo (sobre todo en gatos).
- Es menos sabroso que la comida húmeda o dieta casera, por eso le tienen que añadir aditivos para potenciar su sabor.
- El exceso de estos aditivos y el proceso de altas temperaturas, puede originar enfermedades y alergias.
- La gran mayoría de animales que se alimentan sólo de pienso pierden el apetito por la monotonía y la poca variedad en la dieta. Se aburren.
- Muchas compañías no especifican correctamente el origen de los ingredientes y su porcentaje de los mismos en las etiquetas, y tampoco la Ley les obliga a ello. Por lo que el consumidor no sabe correctamente qué está comiendo su animal.
- Son conocidos los acuerdos entre fabricantes y clínicas veterinarias (lugar donde venden sus productos). Por lo que muchos veterinarios no informan correctamente a sus clientes de todas las opciones nutricionales que existen para su mascota, con tal de que compren el pienso de la clínica.
Cómo saber si un pienso es bueno
Gracias a toda la variedad que existe hoy en día en el mercado, podemos encontrar piensos de gran calidad para nuestros animales. No todos los piensos son malos. Lo verdaderamente importante en lo que te tienes que fijar a la hora de elegir un pienso es en la calidad de los ingredientes de base con que está hecho. Las carnes tienen que ser aptas para consumo humano y libres de subproductos. Además de fijarnos en la cantidad adecuada de energía, vitaminas, minerales, probióticos… que necesita nuestro perro o gato (depende de la edad y su actividad diaria).
Por suerte, a día de hoy existe una legislación Europea que controla la calidad de estos ingredientes y la fabricación. La FEDIAF (European Pet Food Industry Federation) ha desarrollado varios informes públicos donde ofrece información útil sobre el uso, el control y la comercialización de los alimentos para mascotas con el objetivo de garantizar una comprensión armonizada en toda la UE.
Nosotros recomendamos siempre que se acuda a un veterinario nutricionista. Tanto si quieres alimentar a tu mascota con pienso y complementarlo con comida húmeda, como si quieres probar una dieta natural (cruda o cocinada). Los profesionales en este campo podrán analizar cada caso específico del animal (edad, enfermedades, actividad diaria…) y elaborarán un plan nutricional equilibrado acorde a lo que necesita tu perro o gato.
Fuentes: Veterinarios nutricionistas, FEDIAF, Hill’s Veterinary Nutrition Academy.
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