Comunicación felina ¿Cómo hablan nuestros gatos?

Aunque los gatos son el segundo animal doméstico más común en los hogares españoles, son unos animales muy poco comprendidos por el ser humano. Se dice que el perro es el gran amigo del hombre, y como tal siempre se ha entendido mejor la comunicación canina, que la felina.

Entender cómo se comunican los gatos y qué quieren decirnos, fortalecerá nuestra relación con ellos, sabremos entenderles mejor y mejoraremos su bienestar. Recuerda que detrás de cada comportamiento, hay una comunicación previa que tenemos que entender.

1. Lenguaje verbal

Aunque los gatos no utilizan palabras, tienen un amplio repertorio de sonidos para comunicar diferentes emociones:

  • Maullidos: Aunque los gatos aprenden a maullar desde que son bebés para comunicarse con su madre, se ha comprobado científicamente que una vez son adultos, no suelen maullar entre ellos. Prefieren usar el lenguaje corporal o el olfativo. Esta vocalización está reservada casi exclusivamente para comunicarse con las personas, variando el tono, frecuencia e intensidad según lo que intenten transmitir: hambre, deseo de atención o incluso malestar. Algunas fuentes sugieren que se han logrado aislarmás de 90 entonaciones diferentes.
  • Ronroneos: Aunque solemos asociarlos con relajación y felicidad, el ronroneo también puede ser una señal de ansiedad, dolor o búsqueda de consuelo. Entender el contexto en el que se desarrolla y sobre todo, conocer otras formas de comunicarse, por ejemplo cómo saber cuándo tienen dolor, es clave para diferenciarlos.
  • Castañeteo de dientes: Si tienes un gato, sabes de lo que hablamos. Es habitual observarles hacer un curioso “chirrido” cuando acechan a pájaros u otras presas. Este sonido puede reflejar emoción, frustración o incluso un instinto de caza. No hay que olvidar que el instinto primitivo de los animales sigue ahí, y que aunque estén bien alimentados, su naturaleza les dirá que atrapen presas pequeñas.
  • Bufidos y gruñidos: Son señales claras de incomodidad o amenaza. Los gatos los utilizan para advertir o defenderse frente a una situación que perciben como peligrosa.

2. Lenguaje corporal

Al igual que los perros, entender la posición corporal de los felinos es fundamental para diferenciar y entender lo que están sintiendo.

  • Cola: Una cola erguida, con movimientos suaves, suele ser señal de confianza y felicidad. Si está hinchada o se mueve de forma brusca, podría indicar miedo o irritación.
  • Ojos: Unas pupilas dilatadas pueden reflejar emoción, miedo o agresión según el contexto. También hay que fijarse en la frecuencia de parpadeo. Un parpadeo lento, por ejemplo, es una muestra de afecto y confianza.
  • Orejas: Las orejas hacia adelante indican curiosidad o atención, mientras que orejas hacia atrás o planas hacia los lados sugieren estrés o amenaza.
  • Postura general: muy importante. ¿Tu gato duerme estirado o enseñando la tripa? Entonces está relajado y cómodo. ¿Está acurrucado, hecho una bola y escondido? Puede significar desde frío, hasta miedo y estrés o dolor. Un cuerpo de pie, tenso, arqueado y patas firmes son señales de alerta o defensa, algo está pasando.

3. Comportamientos específicos

Algunas acciones de los gatos pueden parecer curiosas, pero tienen un propósito claro:

  • Amasar con las patas: Este comportamiento instintivo proviene de su etapa de lactancia, cuando estimulaban la producción de leche materna. En adultos, suele ser una señal de confort y relajación, aunque también puede aparecer en situaciones de ansiedad, es importante controlar su situación ambiental para diferenciarlo.
  • Frotarse contra personas u objetos: Los gatos tienen un sentido que utilizan mucho: el olfato, y un medio de comunicación para ello son las hormonas. Estas se pueden transmitir por las patas, el torso del cuerpo y la cara. Cuando se frotan, lo que están haciendo en realidad es depositar su olor con glándulas olfativas. Esta es una forma de transmitir información al resto de felinos, ya sea para marcar territorio (aquí también puede intervenir la orina o también el rascar y arañar zonas) o para mostrar afecto hacia quienes consideran “núcleo familiar”.
  • Relamerse: Además de hacerlo después de comer, y acicalarse instintivamente para que ningún depredador pueda oler el rastro de comida, si se relamen de forma continua y rápidamente, es un claro signo de estrés (“Estoy nervioso”, “no me gusta esta situación”) e incluso puede significar arcadas antes del vómito.

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Fuentes: “Understanding the Feline Language: Vocalizations and Body Language”, “How Cats Speak: Uncovering the Language of Felines”, “Decoding Cat Communication: Body Language and Vocalizations” y Lili Chin “El lenguaje felino”.

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